Nuestro impacto

Sabes que lo estás haciendo bien cuando das pequeños pasos, con convicción, en el buen camino.

Batera nació con un objetivo claro: dejar un planeta mejor a las futuras generaciones. Y sabíamos que el mundo no necesitaba más marcas de ropa.

Pero sí marcas que hicieran las cosas un poco mejor.

Es por eso que, desde el primer día, hemos trabajado por ofreceros (además de prendas de alta calidad elaboradas en proximidad con tejidos sostenibles), la máxima transparencia y honestidad.

Ya os hemos contado cómo producimos, dónde lo hacemos, los costes reales de cada prenda. Y queríamos dar un paso más, uno que nos ayude a mejorar.

Es por eso que hace meses nos aliamos con la consultora española Dcycle, para analizar el ciclo de vida de nuestros productos y comprender su impacto en términos de (1) cambio climático, (2) eutrofización y (3) uso de agua.

Quizás te estés preguntando... vale, pero, ¿qué significa todo esto? ¿por qué os hace diferentes? La verdad es que no somos los primeros, pero sí una de las pocas marcas de moda en España que tiene un análisis del ciclo de vida de su producto.

Tras analizar cada una de las prendas producidas, desde el origen del tejido (por ejemplo, el algodón orgánico de algunas sudaderas proviene de Turquía, el lino de las camisas de Bélgica, el cáñamo de los gorros de Francia), su fabricación (en nuestros talleres en España y Portugal), su transporte (mar y tierra), y tras hablar con diferentes proveedores en la cadena de producción, somos capaces de entender el aporte de cada fase de la cadena de valor al impacto global de nuestra producción.

Por ejemplo, que en términos de (1) CAMBIO CLIMÁTICO (emisiones de gases de efecto invernadero generadas mayoritariamente por la combustión) con nuestras sudaderas de invierno de algodón orgánico hemos evitado más de 2.000kgs de CO2 (el equivalente a 22 viajes en coche de Madrid a Barcelona):

La (2) EUTROFIZACIÓN (una de las principales causas de la contaminación de lagos y embalses) es un indicador del enriquecimiento excesivo del ecosistema de agua dulce con elementos nutritivos inorgánicos (principalmente fósforo y nitrógeno).

Ocurre principalmente a causa del uso de fertilizantes en la agricultura (por ejemplo, en el cultivo del algodón, cáñamo o lino), y muchas veces trae la muerte de especies acuáticas en esos lagos o embalses.

Nuestras camisas de lino tienen un 78% menos de impacto en la contaminación del agua, habiendo evitado el equivalente a dejar de fabricar 19 smartphones (cuya producción, como bien sabrás, tiene un elevado impacto medioambiental).

Y si hablamos en términos de (3) USO DE AGUA, la selección de materiales juega un rol muy importante (junto con la fase de tintado).

De esta manera, al escoger el algodón 100% orgánico certificado GOTS para nuestros hoodies Plan B, hemos evitado desperdiciar más de 600 mil litros de agua, el equivalente a llenar 2.500 bañeras de agua.

Todo sólo con la confección de un modelo de hoodie en 3 colores. Se nos ponen los pelos de punta al pensar en el malgasto generalizado de agua en la industria de la moda.

Son datos positivos, sí. Pero también nos abren los ojos para encontrar oportunidades de mejora y hacer cada día las cosas un poco mejor.

Gracias a este estudio realizado en colaboración con Dcycle podemos ver para cada prenda en qué fases de la cadena de valor estamos consumiendo más recursos (obtención de la fibra, transporte, confección, tintado...) y nos pone las pilas para buscar alternativas aún más sostenibles.

¿Dónde podemos encontrar fibras que contribuyan a una menor (o nula) eutrofización? ¿De qué manera podemos reducir la emisión de gases de efecto invernadero y el consumo de agua en la fase de tintado? ¿Es posible mejorar el diseño de las prendas para minimizar los residuos en las fases de corte y confección? ¿Cómo podemos aún más eficiente el transporte?

Como siempre, os iremos contando nuestros avances. Porque sabemos que vosotros también estáis comprometidos con dejar un planeta mejor a las futuras generaciones 🌱

Mientras tanto, os invitamos a descubrir el impacto medioambiental de vuestras prendas favoritas (las que ya habéis adquirido o tenéis pendientes en el carrito de la compra).